miércoles, 23 de septiembre de 2009

Monsieur Baluchon


Nada sabemos de Monsieur Baluchon ni de su supuesta obra baudeleriano-decadente Tas d'Ordures (Montón de Basura) fuera de lo que de ambos comenta Eugène Minot en su artículo sobre "Nuestros poetas" publicado en La Parisienne de octubre de 1865.

Minot acusa a los poetas de su tiempo por no tener originalidad. "Se me citará a M. Charles Baudelaire", escribe, reconociendo que este "ha sabido cortarle el rabo a su perro para singularizarse". Sin embargo, para Minot, Las Flores del Mal no son en realidad tan originales... buena prueba de ello sería la obra de M. Baluchon, poeta-trapero del barrio (entonces) marginal de Batignolles.

Se nos afirma que Baluchon tiene preparado su Montón de Basura, con títulos como: "Pedazo de Melón", "Espina de pescado", "Hueso de cereza", "La Tibia de la Oca en la noche de Navidad", "El gato espichado", "Pellejos y huesecillos"...

Y se nos cita, a modo de ejemplo, el del gato...

O pauvre chat crevé!
Toi que voilà sans poils gisant sur le pavé,
Le ventre à plat, la queue inerte,
L'oeil chaviré dans son orbite verte,
Toi, jadis la terreur des rats et des souris,
Et l'heureux sultan des houris
Qui cascadent sur la gouttière,
C'est donc bien vrai! tout n'est rien que poussière!
A ton tour te voilà surpris
Dans l'éternelle souricière...


O pobre gato espichado!
Hete aquí sin pelos agonizando en el pavimento,
Despanzurrado, la cola inerte,
El ojo revuelto en su órbita verde,
Tú, antaño terror de ratas y ratones,
Feliz sultán de las huríes
Que cascadean por los canalones,
Es verdad pues! Todo no es sino polvo!
Hete a tu vez sorprendido
En la eterna ratonera...

Y Minot concluye:
"El padre Baluchon me parece con mucho superior a Monsieur Baudelaire..."

Todo apunta a que Monsieur Baluchon salió del tintero de Monsieur Minot, a modo de fácil sátira.

Un Montón de Basura pasará pues a las filas ingentes de esa Literatura Inexistente que flota, casi espectralmente, sobre la otra -no menos inexistente, cuando no leída.

Quizás alguien, tal vez incluso alguno de Uds. se anime a dotar de vida a todos esos residuos poéticos, anticipación clara de la estética del deshecho que, de Daniel Spoerri al junk art contemporáneo, inunda nuestros museos y, en cierto modo, nuestras fétidas vidas.