viernes, 4 de julio de 2008

Teozoología


Entre las elucubraciones Increíblemente Extrañas de la Europa "Fin de Siglo" pocas tan demenciales y literalmente genocidas como las de los llamados Ariósofos y más concretamente, las del Dr. Jörg Lanz von Liebenfels.

Este antiguo monje cisterciense vienés, estudioso concienzudo de la Biblia, descubrió allá por 1903 el Anthropozoon Biblicum u Hombre-animal bíblico, ser homínido degradado (cruce entre el Neerdental y el Pitecántropo de Java) que logró aparearse con los humanos más evolucionados provocando cruces siniestros, tal y como demostraría (!!) el Antiguo Testamento.

En 1905 el ex-monje sistematizó sus pesquisas en un Increíblemente Extraño tratado llamado Theozoologie oder die Kunde von den Sodoms-Äfflingen und dem Götter-Elektron (Theozoología, o la Ciencia de los Sodomo-Simianos y el Divino Electrón, posiblemente el Título Más Extraño publicado hasta la fecha).

En él explicaba que los pueblos Arios, originarios de divinidades interestelares (o Theozoa!) y procreantes por vía eléctrica (!!), se distinguían de razas inferiores, fruto del cruce bestial entre humanos y Hombres-Mono (o Anthropozoa!!). Los efectos del cruce racial causaron la atrofia de los poderes paranormales de los Hombres-Dioses arios, que ya sólo podrían ser restaurados por una severa política de eugenismo ario que incluía la castración masiva de los seres (especialmente masculinos) inferiores o “simiescos”…

“La lujuria de los monos, especialmente del babuino, supera toda imaginación. Son Sodomitas, pederastas y onanistas; actuán de modo desagradable con hombres y niños. Es universalmente admitido (!) que los babuinos atacarán y abusarán de las niñas pequeñas y que en los zoos, las mujeres son expuestas a su vil impudicia. En el norte del Lago Kiwu (África) los nativos refieren que monos gigantes secuestran a las mujeres y les destrozan los órganos genitales durante su apareamiento... Debemos ahora investigar por qué la actividad sexual con los animales también se llama Sodomía. Los Sodomitas eran culpables de este crimen, el más horrendo. Según Gen. XIX rodeaoron la casa de Lot y querían violar a los dos ángeles, como el pueblo de Belial y Gabaon quería violar a una mujer (Jud. XIX) (...) Se llegó a un punto en que el apareamiento natural entre hombres humanos y mujeres humanas se volvió algo "novedoso" ya que la fornicación con monstruosidades se había vuelto la norma. El tráfico y el cultivo de la progenia de Sodoma era una rama de negocio lucrativa y así fue como los sacerdotes del Templo adquirieron enormes riquezas -ya que hombres y mujeres tenían que comprar el placer Sodomita a un alto precio (Ez. XVI.33). Por esta razón esos amantes ilícitos fueron llamados "usureros" (tarbut)…”!!!!

Hasta aquí algo que podría haber terminado como los delirios raciales de Lovecraft en una cosmogonía chtuluesca…

Lo trágico de esta historia es que Lanz se puso a publicar un periódico para difundir su doctrina, el Ostara (nombre de la divinidad germánica de la primavera), Periódico para Rubios (!!) y que un joven pintor frustrado (por lo demás moreno: ¿cómo es que le dejaron comprarlo?) se puso a coleccionarlos como un loco. Con ese dinerito Lanz creó una Orden Secreta, dedicándose a extraños rituales Arios (¿tal vez “sodomitas”[1]?) en un castillo perdido del Danubio. Allí se apropió el símbolo hindú de la esvástica que el pintor frustrado retomaría a su vez.

La orden de Lanz sería la base de la futura “elite racial” de Himmler, la siniestra S.S mientras las delirantes elucubraciones raciales de Ostara llevaban a la muerte, conducidas por el pintor, a más de seis millones de judíos.


[1] Es probable que Lanz fuera expulsado del monasterio de Heiligenkreuz por su atracción carnal hacia otros internos, lo cual explicaría su delirante misoginia y su obsesión con los cuerpos “divinos” de los efebos arios.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

y yo que pensaba que no estaba bien de la "azotea" (me refiero a mí).
Pues bien, gracias a ti, y a este mágico sitio estoy descubriendo, para tranquilidad de mi chica, que en la historia ha habido mucha más gente a la que el hacedor ha dejado peor que a mí. Por cierto, en verificación de la palabra me ha salido "folia" Asi que lo dicho... ¡a foliar todos!.

Antonio Domínguez Leiva dijo...

Gracias por el cumplido. Creo en efecto que los Libros Increíblemente Extraños pueden resultar extremadamente reconfortantes para nuestras mentes enfermas. Esa podría ser la Ley de Exponencialidad Extraña: Siempre hay alguien más Extraño...