Nos cabe la honra de inaugurar la galería de Libros Increíblemente Extraños hispánicos con una de las joyas de la edad dorada del humorismo vanguardista, rebosante de rarezas inigualadas hasta la fecha.
Se trata nada más ni nada menos que de la obra de culto del granadino José López Rubio Roque Six, fechado en el emblemático año de 1927.
El anodino héroe homónimo, Roque Fernández, oscuro funcionario de una capital de provincias fallece de una pulmonía.
Comienza entonces su gran y delirante aventura.
Reaparece, reencarnado, en otro funcionario, Jean Rochestier, o Roque Segundo, del Ministerio de Justicia de París. Descubre a su nueva familia, ante la cual se siente un extraño “suplantador” y a la que abandona en un ignoto Villarejo, dándose las de Villadiego y muriendo nuevamente en el intento, atragantándose con una bola de ruleta...
Ahora es un pastor anglicano, el Reverendo Farjeon (Roque III) también con esposa y seis hijos, en un agujero perdido de Nebraska. Tras un oportuno descalabro bajando del púlpito donde predicaba consigue hacerse integrarse en la pequeña comunidad, ya que «nadie se extrañaba de que el reverendo Farjeón mirara las cosas con ojos nuevos y se hiciese presentar a las gentes, incluso a las más allegadas ».
Su nueva posición le obliga a enfrentar situaciones un tanto sorprendentes, como la de Dimas Firestone, atropellado en Filadelfia y que se ve perdido en el limbo, ni rechazado ni admitido por el cielo.
Roque descubre así la complejidad de la vida post-mortuaria, entreviendo que tal vez su destino itinerante constituya un largo proceso de purificación (guiño tragi-cómico a las teorías del “saṃsāra” budista)…
“Y si la tristeza de seguir viviendo fuera poca, Roque sabía, desde dos horas antes- ante la mujer indiferente y necia, y los hijos inconscientes y despreciativos- que era un tonto y que estaba en el mundo –como tal Reverendo Farjeon- para hacer payasadas nada más”…
Por fin perece, ahogado, el Reverendo y aparecemos en Bucarest (!) donde seguimos al sospechoso Profesor Pezardjick (Roque IV), anarquista y conspirador que ha planeado un violento regicidio.
Encerrado con su banda rehúsa huir con ésta, alegando sus principios revolucionarios, lo cual le lleva directo al paredón.
Leemos, a continuación, de un bebé innominado, Roque V reducido a la más absoluta impotencia -«terrible cosa la de volver a ser niño».
Así que muerde el pecho de su nodriza.
Colérica, ésta lo tira por el balcón, prefigurando 50 años antes la célebre escena transgresora del Bad de Warhol.
Toma ya.
El nuevo Roque, el Roque Six del título, sufre una pequeña complicación inusitada.
Resulta que tiene a “otro”, Doppelgänger grotesco que le da la murga: “un hombre al lado, tan pronto a un lado como a otro».
“Ambos” se disputan por una mujer en otro pueblucho y Roque acuchilla a su molesto doble, lo cual, evidentemente, acaba con él mismo, siguiendo la tradición legendaria del Doble.
Esta vez Roque siente que se olvida de todo, hasta de sí mismo.
“Es el cielo, no puede ser otra cosa”, concluye en extraño apólogo budista, versión un tanto melancólica del Nirvana.
Concluía así uno de los Libros más Increíblemente Extraños de nuestra literatura.
Larga vida a Roque Six!!
p. s.
Respecto a la foto de arriba, se trata nada más ni nada menos que de Jose López Rubio (primero por la izquierda) con el Gordo y el Flaco, así como los cachondos Eduardo Ugarte y Edgar Neville en los Estudios Hal Roach de Hollywood
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