lunes, 7 de abril de 2008

Zazirocracia

Empecemos, puesto que en algún punto de esos universos Increíblemente Extraños hay que empezar, absolutamente al azar (pero ¿existe el azar enciclopédico?) con la Zazirocracia (L’empire des Zaziris sur les humains ou la Zazirocratie, 1761) del visionario Tiphaigne de la Roche.

En él descubrimos, en pleno Siglo de las Luces, que los Silfos y los Genios influyen secretamente en la vida de los hombres.

“Antes del Año uno, que comenzó la genealogía de los tiempos, el Ser Supremo creó, desde él hasta el insecto, innumeras multitudes de Espíritus, tan diversificadas como nuestras propias caras...”

Así, con esta magnífica apertura sideral, comienza la increíble saga. “Espíritus revestidos de la sustancia de los Elementos, los Genios son espíritus con cuerpos como los nuestros pero más sutiles”, nos dice Tiphaigne. Así tienen “no sé cuantos sentidos que nosotros no tenemos; aquellos que influyen sobre nuestros placeres, nuestras desgracias e incluso nuestra salud se llaman Zaziris que, en chino, significa Agente”. Queda así demostrado que “los Genios juegan y nosotros somos el objeto de sus juegos”: vease sino esa mujer “que, como una posesa, galopa tras su amante como un perro de caza que los Genios han lanzado tras una persona a la que quieren acosar”… Elemental.

Las guerras, especialmente, son causadas por ellos, “una tragedia que han preparado para divertirse”.

Pero la cosa no se detiene ahí. En realidad, nos desvela el libro, los astutos Zaziris sirven a su vez como “juguete de Inteligencias más perfectas que ellos”, Inteligencias que provienen de otros planetas…

“¿Quién leyó jamás, entre los Modernos o los Antiguos, que el hombre sirviera de juguete a los Espíritus elementales como los animales le sirven a él?”…

Nadie, Théophaigne, nadie.

Fuiste tú el primero en descubrir la influencia malévola de los Zaziris sobre nuestras pobres mentes huérfanas, arrojadas en este oscuro planeta.

Dos siglos y medio antes de las andanzas de Mulder y Scully y las obsesiones ufológicas de los “modernos primitivos” creaste uno de los temas más Increíblemente Extraños de la literatura moderna.


Los francófonos podéis bajaros la obra en

L'Empire des Zaziris sur les humains ou la Zazirocratie,

y los demás también, sólo por cercioraros con vuestros propios ojos, de la existencia de los Zaziris...

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